lunes, 31 de octubre de 2011

La Fundació Bofill y PISA


La Fundació Bofill y PISA


Jorge Calero y Joaquim Prats
Publicado en EL  PAÍS de 31 de Octubre de 2011

En la presentación del informe de la Fundació Jaume Bofill PISA 2009: evaluación de las desigualdades educativas en Catalunya, dirigido por el profesor Ferran Ferrer, así como en entrevistas posteriores, se sugirió que el entonces Departament d’Educació “maquilló” los resultados de Catalunya por medio de alteraciones en el proceso de aplicación y, más en concreto, mediante la exclusión de la muestra de alumnos que potencialmente habrían obtenido puntuaciones más bajas.

Estas opiniones sólo pueden provenir de una desinformación profunda, de una actitud malintencionada, o de ambas cosas. El proceso de evaluación se ajustó escrupulosamente a los procedimientos marcados por la OCDE y se realizó bajo el control de esta institución. La nota de prensa emitida por la OCDE desautoriza de forma radical las afirmaciones sostenidas en esa presentación. Un breve fragmento de la nota: “la muestra es representativa en función de todos los estándares internacionales de PISA. […] Una vez se aplican, correctamente, los pesos muestrales, la tasa de exclusión general (teniendo en cuenta el idioma) es del 3,73%”. Y no de más de 5 como señala el informe de la F. Bofill.

Los siguientes hechos proporcionan más información acerca de todo el proceso y dan cuenta de hasta qué punto resulta grotesco afirmar que ha existido una “manipulación”:

Primero. La muestra de estudiantes y de centros educativos es seleccionada por la OCDE a través de la agencia australiana ACER. Los centros y alumnos elegidos se comunican al Consell Superior d’Avaluació unos días antes de la prueba, designándose también los centros y alumnos de sustitución. Ningún elemento del diseño de la muestra queda en manos de la administración ni del centro docente.

Segundo: El personal que aplica la prueba pertenece a una empresa especializada que contrata, para toda España, el Ministerio de Educación. Por lo tanto, nadie de la administración educativa interviene en el proceso directo de aplicación. El papel del Consell Superior d’Avaluació consiste en asistir como observador en algunos centros e informar previamente a los equipos directivos del funcionamiento de la prueba.

Tercero. La OCDE da normas de exclusión de alumnos y los centros las aplican. ¿A quién se excluye? A los alumnos que tienen diagnosticada alguna discapacidad o dificultad especifica en su proceso de aprendizaje, o a los que no dominan la lengua, generalmente por ser emigrantes que se han incorporado al sistema educativo sin haber contado con el tiempo suficiente para aprender el catalán, lengua en la que se realizan las pruebas. Si son muchos o pocos depende de la muestra seleccionada y no de la voluntad de los aplicadores o del Consell Superior d’Avalució. Es aleatorio el curso de la ESO en el que están escolarizados, otro elemento más que quita razón al dudoso informe de la Fundación Bofill

Cuarto. La explotación de los resultados de PISA la llevó a cabo directamente la OCDE, haciéndolos públicos el día 7 de diciembre de 2010. El Consell Superior d’Avaluació no dispuso de estos resultados hasta la tarde del 6 de diciembre de 2010 y no participó de ningún modo en su elaboración.

Ambos firmantes, catedráticos de la Universidad de Barcelona y especialistas en análisis de los sistemas educativos, hemos ejercido la presidencia del Consell Superior d’Avaluació con total autonomía e independencia; en ningún momento hemos sido presionados ni condicionados por los responsables políticos.

Finalmente, lamentamos que una prestigiosa institución, como es la Fundació Jaume Bofill, presente un informe con tantas inexactitudes cuando no evidentes deficiencias. Como se decía antes, creemos que “necesitan mejorar”.

Joaquim Prats  y Jorge Calero
Catedráticos de la Universidad de Barcelona 

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