TARRADELLAS ESCRIBIÓ esta carta SOBRE PUJOL Y EL FUTURO DE CATALUÑA .
Josep Tarradellas va enviar una carta al director de La Vanguardia,
Horacio Sáenz Guerrero, que va ser publicada en aquest mitjà el 16 d’abril de 1981.
“Mi querido amigo:
“Mi querido amigo:
Al día siguiente de nuestra conversación del 25 de marzo quería escribirle
(…) Siendo como es usted castellano viejo y al mismo tiempo un ciutadà de
Catalunya (…) le escribo hoy.
Para empezar, sepa que al día siguiente de haber tomado posesión el nuevo
presidente de la Generalitat, es decir, el 9 de mayo del año pasado, manifesté
que se había roto una etapa que había comenzado con esplendor, confianza e
ilusión el 24 de octubre de 1977, y que tenía el presentimiento de que iba a
iniciarse otra que nos conduciría a la ruptura de los vínculos de comprensión,
buen entendimiento y acuerdos constantes que durante mi mandato habían existido
entre Cataluña y el Gobierno. Todo nos llevaría a una situación que nos
haría recordar otros tiempos muy tristes y desgraciados para nuestro país. En primer
lugar, porque todo me hacía prever que las inmejorables y afectuosas relaciones
que existían con las autoridades civiles y militares del Estado en Cataluña,
que tanto y tanto me costó conseguir, de ahora en adelante se irían
deteriorando y acabarían por ser tirantes, y comportarían situaciones muy
difíciles para la aplicación del Estatuto.
Después (…) era inevitable la ruptura de la unidad de nuestro pueblo. (…)
Ya sabe que por encargo del presidente Suárez, fui delegado del Gobierno
para dar posesión de la presidencia de la Generalitat de Cataluña al señor Jordi Pujol. Días antes, le indiqué que me
parecía normal que en este acto acabara mi parlamento con las palabras
tradicionales de siempre, es decir, gritando vivas a Cataluña y a
España. Esta propuesta me parecía lógica, pero con gran sorpresa no fue aceptada.
(…)
Ya sabía que él solamente quería tener presente a Cataluña, pero para
mí esto era inaceptable: eran ambos pueblos los que debían ir unidos en sus anhelos
comunes (…) Entonces, y ante una situación tan enojosa, decidí no tener
presente lo que hasta entonces había hecho en todos los actos oficiales. Hoy,
al pensar en ello con calma, creo que no podía hacer otra cosa si quería evitar
un escándalo de consecuencias imprevisibles.
Estoy seguro de que el presidente Pujol consideraba normal esta actitud,
porque afirmaba una vez más su conducta nacionalista, que era y todavía es hoy la de
utilizar todos los medios a su alcance para manifestar públicamente su posición
encaminada a hacer posible la victoria de sus ideología frente a España. (…) el hecho de que el
presidente Garaicoechea también comparta su pensamiento y actitud en esta
cuestión, debía entender (…) que les permitiría por tanto ser más exigentes con
el Gobierno del Estado.
Al día siguiente voces autorizadas del Gobierno me preguntaban en forma
amistosa qué era lo que había ocurrido (…). Preferí callar, aunque ello me
acarreó disgustos, pero de ninguna manera podía defenderme, ya que esto podría
representar que la actitud del presidente Pujol se hiciera pública y en
consecuencia, que se iniciara en todas partes, y principalmente en todos los
demás pueblos de España, una campaña de la cual Cataluña podía salir muy
perjudicada. (…)
En conjunto, puede creerlo, todo me produce tristeza y una honda inquietud
de cara al futuro (…) durante estos últimos diez meses todo ha sido bien orquestado para
llegar a la ruptura de la política de unidad, de paz y de hermandad aceptada por todos los
ciudadanos de Cataluña. El resultado es que, desgraciadamente, hoy podemos
afirmar que debido a determinadas propagandas tendenciosas y al espíritu
engañador que también late en ellas, volvemos a encontrarnos en una situación que me
hace recordar otras actitudes deplorables del pasado.
Siempre recordaré que el 6 de octubre del año 1934, a las 5 de la tarde,
acompañado del diputado señor Juan Casanelles, fue a la Generalitat a visitar
al presidente Companys para manifestarle nuestra disconformidad con la política
que una vez más se realizaba, rogándole que evitara todo lo que indicaba que
iba a suceder aquella misma noche, es decir: la ruptura por la violencia de las
relaciones con el Gobierno. No se nos escuchó, la demagogia y la exaltación de
un nacionalismo exacerbado pesó más que la opinión de aquellos que
preveíamos, como así ocurrió, un fracaso rotundo. (…) La demagogia había hecho
su obra y el desastre se produjo.
Sé muy bien que ahora no se proclamará el Estado Catalán ni la República
Federal Española, ni los partidos lanzarán sus militantes a la calle, ni los
responsables de todo cuanto sucede morirán por Cataluña, nada de eso. Lo que se
hará y ya ha empezado estas últimas semanas, es querer hacer olvidar las
actitudes irresponsables de los mismos que ya han hecho fracasar nuestra
autonomía, consiguiendo la desunión de Cataluña y el enfrentamiento con España; y por eso la actitud de los
autores de esta situación es imperdonable. (…)
Es desolador que hoy la megalomanía y la ambición personal de algunos, nos hayan conducido
al estado lamentable en que nos encontramos (…) ¿Cómo es posible que Cataluña
haya caído nuevamente para hundirse poco a poco en una situación dolorosa, como la que está empezando a
producirse? (…)
Si se ha llegado a esta situación es debido, a mi entender, simplemente a
un pensamiento y actitud que empezó el mismo día que tomó posesión del
cargo el actual President de la Generalitat, y como era natural, los
resultados habían de ser los que ahora sufrimos. (…)
Están utilizando un truco muy conocido y muy desacreditado, es decir, el de
convertirse en el perseguido, en la víctima; y así hemos podido leer en
ciertas declaraciones que España nos persigue, que nos boicotea, que nos
recorta en Estatuto, que nos desprecia, que se deja llevar por antipatías hacia
nosotros (…) Es decir, según ellos se hace una política contra Cataluña,
olvidando que fueron ellos los que para ocultar su incapacidad política y la
falta de ambición por hacer las cosas bien (…) empezaron una acción que
solamente nos podía llevar a la situación en que ahora nos hallamos.
Por ejemplo, es necesario tener el coraje de decirlo, los problemas de la lengua y de
la escuela, es la actual Generalitat quien en gran parte los ha provocado (…) la cuestión de la lengua se
ha convertido en un problema político y partidista (…)
La división cada día será más profunda y se alejará más y más de nuestros
propósitos de consolidar para nosotros y para España la democracia y la
libertad a la vez que los equívocos que surgirán entre nosotros serán cada día
más graves.
Por otro lado, las declaraciones de la semana pasada del president Pujol,
en las cuales decía todo lo contrario de lo que ha hecho y dicho durante estos
últimos diez meses, y que nos ha llevado a la situación en que nos encontramos,
constituye un doble juego ya muy gastado en la política catalana para que
sea merecedor de credibilidad. (…)
Si tenía que hablar de Cataluña me tenía que dirigir también al presidente
de nuestro Parlamento, señor Heribert Barrera. Esto lo hice el 23 del pasado
mes en una larga carta en la que hacía constar mi disconformidad con la política sectaria, discriminadora
y carente de todo sentido de responsabilidad por parte de la Generalidad.
También le hacía constar mi más enérgica protesta ante la política de provocación que
Cataluña inició el mismo día de la toma de posesión del presidente Pujol y que todavía continúa, debido
por una parte a la política de intimidación engañosa que se hace desde la Generalitat
y por otra, abusando de la buena fe de los que hay que reconocer que están
tendenciosamente informados. (…)
España, unos dicen que bosteza y otros que está dormida. Todo es posible,
pero me parece que en el país existe todavía suficiente savia nueva
para despertarlo, sacudirlo y darle nobles ambiciones (…) En cuanto a Cataluña,
creo que es urgente que se recupere la unidad que se rompió en mayo de 1980, y
que se olvide todo lo que ahora nos separa, porque nuestro país es demasiado
pequeño para que desprecie a ninguno de sus hijos y lo bastante grande para que
quepamos todos.
Con la amistad de siempre, le saluda afectuosamente.
Josep Tarradellas”
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