domingo, 30 de enero de 2011

EN EDUCACIÓN, BARCELONA ES MÁS QUE UNA TRIBU


La frase: “Para educar a un niño se necesita toda la tribu” significa que no es suficiente el esfuerzo de la familia y la escuela, siendo estas las piezas fundamentales. La responsabilidad se extiende al conjunto de la sociedad. Pero la expresión no deja de ser ecsesivamente simple para caracterizar la complejidad de sociedades como la nuestra. Una tribu tiene chamanes, jefes, supeditación y unanimidad en las representaciones sociales y culturales con lo que la coherencia social es por sí misma educadora (o no).

Barcelona no tiene nada de tribu, está poblada por ciudadanos de muy diverso pelaje, unos pocos agrupados (consciente o inconscientemente) en las llamadas tribus urbanas. La pluralidad, la variedad y la complejidad son sus señas de su identidad.

Aceptando el espíritu de la máxima, es necesario imaginar cómo hacer de la educación una empresa colectiva. Para ello, debe existir un sistema que implique en los objetivos fundamentales a todas las instituciones posibles. Crear lo que los pedagogos llaman la “educación en red”, forma privilegiada de fortalecer la educación con la participación del conjunto de los actores sociales, públicos o de la sociedad civil en una organizada trama. Dicho de otro modo: conformar “una ciudad educadora”.

Clubs deportivos, entidades de recreo y culturales, asociaciones juveniles, museos, guardia urbana etc,, deben participar en la organización de actividades escolares y extraescolares en intensa y organizada colaboración con los centros educativos, que son el eje vertebrador. ¿Quién debe ser el promotor de este modelo? En nuestro caso lo ha sido, y sigue siendo, el Ayuntamiento de Barcelona. Barcelona, “Ciudad Educadora” es ya realidad y ha servido de ejemplo para muchas otras ciudades. Pero Barcelona tiene, todavía, mucho que avanzar para hacer de la educación la prioridad principal para la construcción de un futuro de progreso, de libertad, de tolerancia y, como decían los ilustrados, de felicidad.

Joaquim Prats
Publicado en: EL PERIODICO. (30 de enero 2011)



1 comentario:

  1. Me parece muy interesante la reflexión y necesariamente se ha de tener en cuenta. Siempre señalamos que los contextos favorecen o dificultan determinados procedimientos. Aquí, en los países mediterráneos meridionales, se han de buscar muchas más las actividades sociales que induzcan, por ejemplo a la lectura, por tener en cuenta un aspecto en el que índice de los nórdicos destaca significativamente. Pero, es que no es no es lo mismo vivir en un país donde los horarios de luz solar son mucho menores y la temperatura infinitamente más baja, con horarios escolares más cortos que los que tenemos aquí, por lo que los más jóvenes permanecen en espacios cerrados y aislados durante mucho más tiempo; tiempo que ha diversificarse -y en el que la lectura ocupa un lugar importante-. Asimismo, aquí se priman muchas horas fuera de casa con actividades complementarias, a más de las obligatorias, también más largas que, seguro son importantes pero reducen el aislamiento que requiere la lectura, de relatos, de ficción. Aunque, contrariamente a lo que se dice, me parece que la lectura, no sólo de libros de ficción tiene importancia para niñas niños y jóvenes. También hay muchos adictos a libros de cuentos, de novelas, que conocen porque otros entre sus iguales, en esas sesiones de relación social, les aconsejan, o porque han visto la peli que los pone de moda, además de la incitación escolar. Probablemente, cada vez más en pantalla que en papel. ¿Pero es que leer en pantalla no es leer?

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